No todo lo que brilla es oro.

El S&P 500 enfrenta desafíos en medio del cambio económico global y el aumento de las tasas de interés de la Reserva Federal.

En los últimos meses, he estado advirtiendo a mis clientes y alumnos sobre los riesgos que enfrenta el S&P 500, a pesar de ser generalmente considerado un excelente activo financiero debido a su correlación con la actividad económica de Estados Unidos. El mercado actual se encuentra en un momento de transición, y los recientes aumentos en las tasas de interés de la Reserva Federal, su impacto en el mercado interno estadounidense y los cambios en los flujos monetarios internacionales son solo algunos de los frentes de tormenta que se ciernen sobre él.

A pesar de esta advertencia, el S&P 500 ha entrado en un ciclo alcista, experimentando un crecimiento del 27% desde su punto mínimo en octubre de 2022. Si bien este aumento marca una notable discrepancia con el tono inicial del artículo, la tendencia podría revertirse en cualquier momento. Michael Hartnett, estratega en Bank of America, comparte una perspectiva similar.

En una nota dirigida a sus clientes publicada recientemente, Hartnett señala que no nos encontramos ante un «nuevo y brillante mercado alcista», sino ante un escenario similar al de los años 2000 y 2008, en los que hubo «un gran repunte antes de un gran colapso».

Por lo tanto, Hartnett pronostica un alza de hasta 150 puntos para el S&P 500, seguida de una caída de 300 puntos entre ahora y principios de septiembre. Sin embargo, es importante tener precaución con estas declaraciones, ya que, al igual que otros analistas de Wall Street, en el pasado predijo que el índice caería a 3.800 puntos a principios de marzo de este año, cuando en realidad los precios solo subieron en ese período.

El estudio retrospectivo de Hartnett reveló que se equivocó en su pronóstico debido a que la economía de Estados Unidos evitó una recesión y una crisis crediticia, además de que el rally tecnológico impulsado por la inteligencia artificial fue un «evento imprevisto».

Hasta que la Reserva Federal «reintroduzca el miedo» a través de un objetivo más alto para las tasas de interés y la tasa de desempleo supere el 4% como señal de recesión, es posible que las acciones se mantengan en niveles elevados y los diferenciales de crédito permanezcan bajos, según el experto.

Por otro lado, el informe de Bank of America detalla que en la última semana hubo entradas de 22.000 millones de dólares en el mercado de acciones, mientras que los bonos recibieron casi 7.000 millones de dólares. En cuanto a la renta variable de Estados Unidos, lideró con un total de 23.800 millones de dólares.

En segundo lugar se encontraron las acciones de Japón, con incrementos de 2.200 millones de dólares. Por último, los fondos de acciones de mercados emergentes experimentaron entradas por valor de 1.100 millones de dólares, mientras que Europa registró salidas de capital por un monto de 2.400 millones de dólares.

Entonces se vuelve ahora cada vez más necesario hacer análisis cada vez más exhaustivos sobre la coyuntura económica, las ramas de la industria y el comportamiento de los diversos mercados para poder aprovechar coyunturas cómo éstas en nuestro favor.

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